ESCRIBIR MICROFICCIONES ES UN DESAFÍO QUE ME ENCANTA.

Prohibido amar

María Fernanda Macimiani©

Cuando el padre de mi madre tenía mi edad, se enamoró. Quería caminar con ella por la orilla del río. Quería hablarle, preguntarle qué le divertía o qué quería ser cuando fuera grande. Pero solo la miraba. Un día se animó. Y desde el pupitre del fondo la vio abrir su cartita, con el pelo sobre su sonrisa. Pero también la vio la maestra. La maestra llamó a sus padres. Sus padres y la maestra a los padres del chico que había mandado la carta peligrosa. Todos pensaron que el chico debía aprender algo y llamaron al comisario del pueblo. Como un delincuente el chico corrió y detrás el comisario, el padre y la maestra, y los padres de la chica (nadie le preguntó nada). Solo su madre pudo bajarlo del árbol que lo protegía. Ella tampoco pudo decir nada. Después de una noche de castigo, en el frío calabozo, aprendió. Vio convertirse en cenizas el corazón de lápiz negro y su primer “Te quiero”. Los ojos llorosos de su amiga, siguieron intactos. Aprendió. El amor puede ser muy peligroso.

Microrrelatos. Concurso ALIJ 2020
PUBLICADO EN EL LIBRO: MICRORRELATOS, CONCURSO ALIJ 2020, GANADOR DEL TERCER PREMIO, JURADO: Márgara Averbach - Griselda Gálmez - Graciela Perriconi, COORDINACIÓN GRAL. María Julia Druille.

Besos de hierro y sal

María Fernanda Macimiani©

La pequeña Leonides cubierta de mantas decía ser un camaleón. Nadie la contradecía, no porque jugara sola, es que bien podía serlo. Así fue mudando su piel, cada vez por una más oscura. Entre dientes aprendió a decir todo eso que horrorizaba  a las monjas del internado. La adolescencia no la favoreció. Igual encontró el amor. Solo unos cuantos besos con sabor a hierro y sal quedaron en su alma. Y miradas inquisidoras detrás de velos inmaculadamente negros. Y el fuego de cinco dedos, en su mejilla tierna, aquella noche de carnaval. El grito silencioso de él aferrado a las rejas escarchadas, gimiendo que solo era un beso. Los días de reclusión derramaron tiempo. El tiempo hizo florecer sueños, pero siempre eran ajenos, vulgares. Pensaba que tal vez algún día podría ser otra. Y contaba meses, días, horas; sin hallar su reflejo. Mientras clavaba las uñas en las ortigas y llenaba sus bolsillos de yuyos como amuletos y bendiciones, como clemencia por algo que aún no había hecho.

Microrrelatos Homenaje a Marco Denevi - Macimiani
PUBLICADO EN EL LIBRO: MICRORRELATOS PARA MARCO DENEVI, CONCURSO Cultura Municipio de Tres de febrero 2017, Texto seleccionado. 3F Ediciones.