Mis poemas
Con la piel a la intemperie.
SOBERANA
Soy mi propio continente
soy río
soy montaña
bosque y tierra llana
Dueña
de mis orillas
de mis caminos
de mis murallas
Alma al rojo vivo
con un grito
que sangra
en olas amargas
que roen las vendas
que me acallan
El fuego
centellea entre los pájaros
anida en mil gargantas
gargantas sofocadas
hilo moribundo… entrelazado…
en llamas que despiertan.
No más invasiones
ni caricias usurpadas
ni grilletes de flores
ni sogas por alhajas
Soy mi propio continente.
Soy soberana.
«Guillotina N 20» – Marzo 2022
LUNAS
Esta noche hay dos lunas
una blanca
la otra ámbar
un destello las atraviesa
ellas se esparcen
en la lente de mi celu
sobre los techos
en el cielo triste de mi barrio
una pestañea ante mi asombro
la otra inmutable
una agradece
la otra sonríe
dos lunas en mi noche
una volverá hasta ser invisible
la otra aguardará
a que se mude el sol
día tras día
deseosa por ser encienda
y así, poder soñarse luna
luna real
desde el mismo poste
en la misma esquina
sin órbitas ni caras
solo unida a la arteria de cobre
que la mantiene viva.
María Fernanda Macimiani© – febrero 2021
MUJER DE ARENA
El mar es testigo
vio llegar ese cuerpo desnudo desgastado
vio su sombra
en remolinos de arena
agigantarse paso a paso
la piel fría
pétalos rojos del pelo al rostro
mariposas lilas en el cuello
el seno y más abajo…
nublada su mirada
perdida en sus recuerdos
en el eco sangrante de su género
en los de tantas otras
sin nombre
sin botón de pánico
ni justicia ni paz
ni carne ya
ella es sal reseca
lagrimas endurecidas
de ojos cerrados
por sus venas corre el llanto
de miles de mujeres
que están muertas
y ahora miran
por sus ojos
arden por sus cicatrices
la garganta se estrangula
una y mil veces
el loop es infinito
por cada una
por cada una
por cada una
y temblorosa pero incansable
sobrevoló el horizonte
con su aura de arcoíris
eligió esa roca y se adhirió a ella
las piernas entre sus brazos
su abdomen inerte
sus labios amortajados
como un Ángel
en metamorfosis
contempla la vida
esa que le arrancaron
que le arrancaron
que le arrancaron
infinitas veces
cansada del eterno deambular
entre el amor y el dolor
entre besos y puñaladas
se reconstruyó
acariciada por la brisa del mar
como símbolo del final
del llamado a la matriz
al origen
al centro de la flor
para ser semilla
de hombre
de mujer
de vida
y no, ya NO de muerte
en su contemplación
sabe
que así
serán reales las peores profecías.
María Fernanda Macimiani© – febrero 2021 @niunamenos
CON EL ALMA EN LA INFANCIA.
LA RANA, EL DELFÍN Y EL VIENTO
Poema infantil, disparates del lenguaje.
Dicen que dijo el ventarrón,
que un niño le contó
Que una rana remolona
ni saltarina ni nada
descansa su panza,
en laguna ninguna
hace nono afuera,
con frazada y un delfín.
El delfín de fina pana
ni chapotea ni nada
ni nada, ni chapotea.
Novedoso angelical,
de frac afelpado
traficado de Francia
en un navío encantado
fulgor anaranjado
(funda de satén).
Nostalgia infantil de naufragar
flotar en profundas fuentes.
Profeta falso de sirenas
y unicornios inventados
duendes.
Es fetiche acunador
de un anfibio renegado
de un niño enamorado
de un renacuajo adinerado
Que no canta ni encanta
Que no caza ni en casa
Cuentacuentos ¿Cuenta cuentos?
¡Sana ya mi nostalgia!
arranca la efímera neblina
que nubla mi pena
de fingir ser delfín
del fin, de este cuento
que se esfumó en el infinito
y vive en el viento
El piojo despiojado
Este que te cuento
es un piojo despiojado.
solo toma té con leche
de los chicos descuidados.
Negros, rubios, colorados.
con rizos o bien peinados
paisajes de este piojo
flor de mal educado.
Este piojo solitario
no tiene amigos ni barrio.
Va de cabeza en cabeza
visitando a cualquier extraño.
De chiquito lo han tratado
por su alergia a la comida.
El no pica ni ha picado
prefiere las mandarinas.
Piojo pica por deporte
por costumbre piojeril
sin permiso ni disculpas
él es siempre muy sutil.
Lucha contra los dientes
del malvado Peine fino
sin armas ni estrategias
con escudo de pepino.
Solo como un piojo
en invierno y en verano.
Ha vivido este piojito
por ser vegetariano.
Por eso dicen que este
es un piojo despiojado.
María Fernanda Macimiani© Léeme un cuento LIJ